México es uno de los primeros lugares en la lista de países con violencia escolar. Este fenómeno es la principal causa de abandono en las escuelas y afecta el aprendizaje de los alumnos. Miles de niñ@s y adolescentes, crecen en este contexto de violencia psicológica, física, sexual, discriminación, en aulas en las que estudian. En este artículo te presentaremos una nueva estrategia para evitar el maltrato escolar en tus hijos, mediante el uso de una cámara espía.
Maltrato en el aula
El maltrato en la escuela ha prevalecido en México y es muy difícil investigar estos casos por las implicaciones legales y morales. Las pruebas disponibles son escasas, y son en mayor medida denuncias en medios de comunicación y ante Derechos Humanos. Esto pone en duda las conductas de los maestros ante sus alumnos, cuando existe un caso es muy difícil que el maestro acepte su comportamiento.
En este video podemos observar una maestra del preescolar gritando, agrediendo y maltratando a un niño pequeño.
Por último, mostraremos este video. En una preparatoria en la que una alumna es agredida y forcejeada por un profesor.
¿Cómo una cámara espía puede ayudarme a evitar estas situaciones?
En muchas ocasiones es muy dificil comprobar que los alumnos dicen la verdad (cuando el maestro es la autoridad y el dice todo lo contrario) lo primero que ponemos en duda es a los alumnos, debido a que podría tratarse de una broma o una venganza o mala intención hacia el docente. Para estar más seguro y con pruebas de esto es recomendable utilizar una cámara espía.
Usted puede utilizar una cámara espía para la seguridad de sus hijos. Para esto debe seguir ciertas precauciones:
- Es recomendable (en el caso de niños pequeños) decirles que llevan este dispositivo y que es muy importante que no se lo muestren a nadie, que no es un juguete y que deben cuidarlo porque es para su protección
- En el caso de adolescentes, es muy fácil para ellos utilizar este tipo de aparatos, solo es necesario leer el manual.
- Le recomiendo que opte por hacer esto en casos muy extremos, como lo es amenaza o agresiones severas en las que su hijo o hija esté atemorizado y no quiera hablar sobre quiénes son su agresores.
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